Lenguajes del hall
- Marta Ruiz
- 24 may
- 2 Min. de lectura
La sensibilidad comunicativa de Alonso Quesada
Cuando nos sumergimos en Las inquietudes del hall no solo vemos palabras. Nuestros personajes no solo hablan. Hay muchas más formas de comunicarse y la transmisión de estos tipos de lenguajes son más sensoriales y perceptivas que explícitas. La sensibilidad de Alonso Quesada hace posible todo esto y, para que nadie se pierda esta experiencia, vamos a explicar a continuación algunas para involucrarnos completamente en estas formas de comunicación.
Lo más evidente y perceptible son las cartas que se envían Oliva y Jorge. Utilizan las palabras también para esto, pero va mucho más allá que eso. No se están viendo físicamente ni perciben sus miradas ni su entonación porque no es un lenguaje hablado, pero se siente todo lo que quieren transmitir. Utilizan este medio para decirse cómo están, cómo se sienten… y solamente por esto se ve el comienzo de una bonita historia de amor.
Oliva y Jorge estaban separados por una pared. Cada uno en una sala, encerrados en sus habitaciones. Tan lejos y a la vez tan cerca. Pero esa sensación, el solo saberlo, ya hace que se sientan uno al lado del otro. El tacto con la pared, el saber que estaban ahí, era suficiente.
La música del gramófono es capaz de decir más cosas que muchas personas. Los silencios, el tipo de música, que si un foxtrot o un one-step. Crea el ambiente y transmite lo que pasa en el hall. Tiene la capacidad de comunicar lo que está pasando, el estado de ánimo de los huéspedes presentes, sus pensamientos.
Por otro lado, los cuchicheos. Los ingleses comentándolo todo, en bajo, entre ellos. Opinando sobre lo que les ha parecido lo que ha hecho un huésped u otro. No se escucha, Alonso Quesada no lo dice explícitamente, pero se siente. En muchas ocasiones se presiente el rumor de fondo, somos capaces de escuchar los comentarios y críticas de estos, se intuye el cuchicheo.
Y el silencio. No se escucha. Tampoco se explicita que haya. Pero lo sabemos. La tranquilidad del hall, los ingleses callados, la soledad de las habitaciones de Oliva y Jorge… Hay silencio. Se transmite la tranquilidad y esa calma característica de este hotel. Con la que no se necesita nada más.

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